Aunque las chimeneas de leña sean el método más utilizado para crear un ambiente acogedor en las casas, pero como alternativas a la chimenea convencional, en los últimos años han proliferado diferentes alternativas, como las estufas de pellet o las chimeneas de bioetanol.

Según informa Mertxe Carrasco, de la tienda Castelas Verités de Villabona, todavía hoy, existe gran desconocimiento de ambos sistemas, aunque, el pellet comienza a hacerse un hueco en el mercado.

Como explica, estas estufas permiten calentar el ambiente doméstico con todas las ventajas de un combustible ecológico y económico. Y es que, estas chimeneas no se alimentan de leña, sino de pellets, unos pequeños cilindros fabricados a partir de un material parecido al serrín, que tiene su origen en desechos forestales y de la industria maderera. Al igual que la leña, el pellet puede adquirirse en empresas suministradoras y gasolineras por un precio que ronda los 5,50 euros por cada saco de 15 kilos.

Una de sus principales ventajas es que este carburante es fácil de transportar, ya que se vende deshumidificado y prensado. Además, los expertos aseguran que facilita el mismo confort que si fuera con gas natural o gasoil, con la ventaja de que emite menos CO2.

Por su parte, las chimeneas de etanol obtienen calor a través de la quema de un alcohol refinado procedente de productos agrícolas como patatas, caña de azúcar, maíz y cebada.

Los comercios especializados en la venta de estos aparatos explican que el bioetanol está ganando adeptos por su comodidad y limpieza. Porque, como recalcan, su principal ventaja es que permite disfrutar del fuego de forma rápida y sin depender de la leña. Pero, reconocen que el bioetanol no tiene tanta capacidad como la leña para calentar todo un hogar.

Otra de las alternativas existentes son las chimeneas de gas, que permiten disfrutar del calor del fuego, renunciando a los problemas para disponer de leña y la suciedad de las chimeneas. Su principal ventaja es la rapidez, ya que, en comparación con los fogones de madera, calienta las estancias a toda velocidad y con un mayor rendimiento energético.

Además, la intensidad del fuego siempre puede ser controlada a través del flujo del gas. Eso sí, este sistema funciona con vapor de agua, por lo que puede producir condensación de agua y hongos en las paredes. Para evitarlo, es recomendable utilizar las chimeneas de gas de tiro balanceado, que poseen un dispositivo de entrada y salida de aire, evitando el vapor de agua.

Entre las desventajas también está el riesgo de envenenamiento por inhalación de dióxido de carbono, algo muy fácil de evitar con algo tan simple como airear la habitación.

Fuente: http://www.noticiasdenavarra.com

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